La huella de carbono se define como la totalidad de las emisiones producidas por un individuo, evento, organización o producto expresada en toneladas de CO2 o CO2 equivalente por año.
Incluye emisiones directas, como las que resultan de la combustión de combustibles fósiles en la fabricación, calefacción y transporte, así como las emisiones necesarias para producir la electricidad asociada al consumo de bienes y servicios. Además, el concepto de huella de carbono también incluye a menudo las emisiones de otros gases de efecto invernadero, como metano, óxido nitroso o clorofluorocarbonos (CFC).
Existen varias herramientas diferentes para calcular las huellas de carbono de individuos, empresas y otras organizaciones.
Las metodologías más utilizadas para calcular las huellas de carbono de una organización incluyen el Greenhouse Gas Protocol, del World Resources Institute y el World Business Council for Sustainable Development, así como la ISO 14064, que trata específicamente de las emisiones de gases de efecto invernadero.