22 de abril de 2020, Día Mundial de la Tierra ... ¡nunca ha tenido más sentido este día! En el contexto actual, con la pandemia COVID-19 condicionando nuestras vidas, no hay aviones en el aire, no hay automóviles en las calles, las ciudades están desiertas ... al contrario de lo habitual desde hace mucho, este día no es el día del ser humano.
La contaminación del aire alcanza su mínimo en muchos años, los ríos están menos contaminados, el ruido de la actividad humana no perturba el medio ambiente que nos rodea, y hay otra vida en nuestras ciudades: la vida silvestre se aventura y deambula por las calles vacías, los peces regresan para las aguas más limpias y la naturaleza “respira” mejor!
Este es el mejor momento para repensar la forma como vivimos y desarrollamos la actividad humana en el único planeta que tenemos, y que ha sufrido muchos errores y consecuencias de nuestra forma de vida ... en última instancia, "nuestra" Tierra realmente prevalecerá aún que nuestra supervivencia esté en juego.
Uno de los cambios que ha tenido este contexto en nuestras vidas fue obligarnos a centrarnos en lo esencial y no en lo prescindible, a racionalizar nuestro consumismo y el consumo de recursos. Los principios de Sostenibilidad y Economía Circular traen consigo conceptos y soluciones que pueden ayudarnos en estos momentos más complicados:
• El uso reglado de los recursos, como el agua y la electricidad, permite que estos estén disponibles por más tiempo, en un momento de contención financiera. También facilitan el trabajo para aquellos que tienen que arriesgar su salud para garantizar que todos tengamos acceso a estos bienes y con calidad;
• La preferencia por productos naturales y frescos, además de traer beneficios para la salud, permite un aumento en su producción y desarrollo de redes de distribución, a menudo mejorando las redes locales de suministro;
• Al limitar nuestras libertades de desplazamiento, también hay un ajuste del mercado en la distribución, reduciendo y racionando el número de viajes y, con este cambio, también se reducen los impactos en las emisiones atmosféricas y en el consumo de combustibles fósiles;
• La solidaridad que, felizmente, se extiende en nuestra sociedad también trae consigo un principio de intercambio y asistencia mutua que, al aplicarse en la actividad productiva, puede traer muchos beneficios y racionalización en el uso de los recursos.
Estos son algunos de los ejemplos, entre varios, que muestran que en este período de contención y emergencia también podemos beneficiar a nuestro planeta Tierra y con el, al considerar un ajuste en nuestras vidas y hábitos sin perder la "calidad de vida" de cada uno para ahora y para un futuro mejor para todos.
Son soluciones y hábitos como estos los que hacen el efecto de cada uno en el entorno más pequeño y en general sea un mejor medio ambiente para todos. La huella de carbono de nuestra actividad disminuye y ahora está claro cómo contribuye al efecto invernadero y, en consecuencia, al cambio climático.
Cada vez más tenemos que vernos a nosotros mismos como parte de la Tierra y no solo como usuarios de sus recursos. Para que todos podamos superar esto y los desafíos restantes que surgen, un espíritu de comunidad es esencial porque estos problemas, aunque causados por algunos, afectan a todos.
En este Día de la Tierra, reflexionemos sobre cómo tratar este hogar nuestro de lo cual no podemos salir, incluso después de que termine la pandemia, para que todos podamos vivir con calidad y sin poner en peligro el futuro en "nuestro" planeta Tierra.
Pedro Fernandes
Climate Change Business Developer