Artículo de Luísa Abreu, Auditora APCER, Consultora en Economía Circular y Sostentabilidade, originalmente publicado en Eco Circular en Noviembre 2020.
La correlación ciudades – cambio climático, es uno de los problemas más prominentes del escenario de emergencia climática actual. Ese frente de batalla, donde se concentran la mayoría de las emisiones de CO2 producidas en la Tierra, requiere una importante movilización de fuerzas, recursos, tecnologías limpias, herramientas de sostenibilidad y economía circular, si pretendemos lograr la neutralidad carbónica en 2030.
Muchos son los indicadores que nos demuestran en qué medida las ciudades contribuyen al calentamiento global, poniendo en riesgo la vida humana y de todos los ecosistemas que constituyen a nuestro planeta. A pesar de ocuparen tan solamente un 3% de la superficie terrestre:
- Consumen el 85% de los recursos naturales;
- usan entre 60 y 80% de la energía consumida en el planeta;
- emiten a la atmosfera un 75% de los gases de efecto invernadero;
- producen más de un 50% de la basura global.
Para el año 2050, se estima que la población mundial supere los 9.000 millones de personas, de las que un 66% vivirán en ciudades, por lo que la situación seguirá se agravando si no se tomaren medidas efectivas para cambiar el modelo ambiental y socio-económico urbano.
Un año atrás, publiqué en ECO CIRCULAR, un artículo donde abordaba este tema y presentaba como ejemplo de “Green City” la ciudad portuguesa de Oporto. De lo que referí entonces, sigo manteniendo que los cambios urgentes, para conducir nuestras ciudades hacía un desarrollo sostenible alineado con la mitigación y adaptación al cambio climático, son los siguientes:
- optimización de la movilidad, con enfoque en las energías renovables, transportes públicos y ciudadanía responsable, factores fundamentales para lograr la meta cero emisiones de CO2;
- ordenamiento y uso sostenible del suelo;
- uso responsable del agua, protección y descontaminación de los recursos hídricos;
- prevención y gestión eficaz de los residuos, privilegiando su reintegración en la cadena de valor hacía la meta cero residuos;
- optimización de la gestión energética de los edificios e infraestructuras urbanas;
- sustitución de los modelos de construcción convencionales por técnicas de edificación sostenibles, apoyadas en el uso de energías renovables y recursos locales, que permitan alcanzar la autosuficiencia y la neutralidad carbónica;
- recuperación de bosques, humedales, especies autóctonas y su reintegración en el ordenamiento territorial y urbano;
- educación de las poblaciones para la sostenibilidad, mejora de su bienestar y protección de sus derechos fundamentales, disminuyendo las desigualdades y promoviendo la equidad social.
En este contexto y debido a su importancia crucial, retomo el mismo tema en este artículo para divulgar un proyecto que se está desarrollando en la ciudad gallega de Lugo. Me refiero al proyecto LIFE Lugo + Biodinámico que tiene como objetivo principal la planificación y desarrollo de un barrio multiecológico como modelo de resiliencia urbana, donde se integrarán, bajo el concepto de la Bioeconomía:
- construcción sostenible;
- agricultura urbana;
- uso sostenible de recursos locales;
- Un Barrio multiecologico demostrativo para la recuperación y renovación de otros barrios en ciudades de tamaño medio;
- recuperación de la biodiversidad.
